Małgorzata Bochenek habla con Excmo. y Rev. D. Mieczysław Mokrzycki, Metropolitano e la archidiócesis de Lvov de rito latino, secretario del B. Juan Pablo II y de Benedicto XVI durante muchos años
Cómo ha recibido usted la noticia sobre la abdicación del Santo Padre Benedicto XVI?
– Es una gran sorpresa para mí, tanto más que siendo segundo secretario del Santo Padre Juan Pablo II pude observar al Cardenal Mons. Joseph Ratzinger y veía la gran responsabilidad con la que cumplía su ministerio como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Amaba mucho a la Iglesia, los asuntos de la Iglesia le eran muy entrañables y muy importantes para él.
El Santo Padre Benedicto XVI con gran responsabilidad aceptó el ministerio del Pedro de nuestro tiempo. A medida de sus posibilidades, trataba de dirigir la Iglesia de la mejor manera posible.
…y así fue, lo que demuestran numerosos viajes apostólicos, pero también las palabras del Papa.
– El Santo Padre en sus declaraciones siempre ha aludido a la situación actual, de manera acertada enseñaba problemas de la Iglesia, problemas del mundo. Trataba de estar presente en varios lugares, en varios continentes a través de sus peregrinaciones. Nunca ha huido del servicio, pero consideraba que el desempeño de cualquier ministerio requiere una entrega de fuerzas proporcionadas respecto de su importancia. Creo que el estado de salud ha contribuido a que el Santo Padre tomara la decisión de abdicar, pero confío en que seguirá sirviendo a la Iglesia con su sabiduría, experiencia y oración.
Veíamos cómo el Santo Padre Juan Pablo II estaba languideciendo a ojos vistas, todos hemos presenciado la partida del Papa, era muy natural. Nos es más difícil vivir la situación cuando el Santo Padre Benedicto XVI abdica…
– En cuanto a Juan Pablo II, él partía despacio; el estado de salud, la enfermedad del Santo Padre progresivamente estaba preparando al mundo para su debilidad física. Todo el mundo le pedía a Juan Pablo II que se quedara, le sostenía para que no se retirara. Sabemos que también hubo momentos de reflexión, de debate si Juan Pablo II no debía abandonar el ministerio. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II veía que cuanto más débil físicamente estaba, tanto más la gente le visitaba, quería estar todavía más cerca de él. Y esto le afirmaba al Papa en esta decisión de seguir desempeñando el ministerio.
Gracias por la conversación.
Tłumaczenie/ Traducción/: Bronisław Krzysztof Jakubowski